Tipos de placa bacteriana

¿Qué tipos de placa bacteriana existen?

Como ya hemos mencionado en numerosas ocasiones, las bacterias son un potente de foco de problemas para nuestros dientes y encías. La forma más eficaz de combatirlas comienza con una higiene dental en condiciones, pero, no obstante, la realidad es que en nuestra boca pueden alojarse diversos tipos de placa bacteriana, y ese va a ser el eje central de este post.

La acumulación de bacterias y otros microorganismos genera placa bacteriana que se va adhiriendo a nuestros dientes y que, si no se elimina correctamente, puede endurecerse dando lugar a sarro más difícil de quitar y, por tanto, poner en jaque nuestra salud dental con problemas como caries, gingivitis, enfermedades periodontales, mal aliento, etc.

Por ello, es importante conocer los distintos tipos de placa bacteriana que puede haber, ya que no todos son iguales o se manifiestan en el mismo lugar o de la misma forma. Así podrás comprender mejor la actuación que tienen sobre tus dientes y encías y cuál es la mejor forma de prevenir su aparición.

Debes tener en cuenta que, hasta casos avanzados, lo frecuente es que la placa dental no sea visible a simple vista, puesto que se trata de una fina capa o película transparente que se va quedando pegada a los dientes y encías. Esto provoca que, cuando quiere detectarse, su actuación ya ha ocasionado infecciones o problemas bucales más serios. Sin embargo, podemos intuir su presencia por la detección de halitosis, encías irritadas, retraídas, inflamadas o sensibles, así como el sangrado gingival o el dolor y la movilidad de piezas dentales.

Clasificación de los tipos de placa bacteriana

A grandes rasgos, podemos distinguir varios tipos de placa bacteriana en base a dos criterios principales:

  • Según localización
  • Según composición

Según localización

Saber dónde se localiza la placa bacteriana alojada en nuestra cavidad oral es muy importante, ya que de ello dependerá la afectación en mayor o menor medida sobre los dientes y encías.

Podemos diferenciar entre:

  • Marginal, acumulada sobre la superficie de las piezas dentales.
  • Supragingival (coronal o proximal). Este tipo de placa bacteriana se ubica mayormente en zonas de estancamiento o retención, como pueden ser los márgenes gingivales. Pero no solo se sitúa encima de las encías, sino que también puede hacerlo entre los dientes (espacios interdentales).
  • Subgingival. Denominada también de fosas y fisuras porque afecta a las fosas de los surcos gingivales y las bolsas periodontales. Es decir, que perjudica seriamente a la parte de dentro de las encías, aunque es posible que actúe también sobre los dientes posteriores. Al localizarse debajo de las encías, es más compleja de detectar y eliminar con respecto a la supragingival, por ejemplo.
  • Radicular, cuya localización reside en el cemento, cuando este se encuentra expuesto como resultado de patologías previas. Es entonces cuando se forma en las superficies radiculares, de ahí su nombre.

Según composición

Cuando diferenciamos los tipos de placa bacteriana atendiendo a su composición, hacemos referencia a los distintos microorganismos que generan su acumulación. En función a ello, podemos hablar de:

  • Placa cariogénica. Se forma fruto de la metabolización de azúcares, por lo que se generan ácidos que perjudican la superficie de las piezas dentales. Por tanto, su foco de actuación se centra en afectaciones al esmalte de los dientes y otras infecciones bucales como la caries.
  • Placa perodontopatogénica, que procede de bacterias que producen sustancias primarias en lugar de ácidos. Su formación trae como consecuencia enfermedades periodontales como la gingivitis o la periodontitis.

A estas alturas te habrás dado cuenta de que las bacterias no perjudican nuestra salud dental de la misma forma, por lo que conocer los tipos de placa bacteriana que hay y el motivo por el que se forman puede ser un buen inicio para motivar su prevención.

Desde Beydent recomendamos siempre mantener unos buenos hábitos de higiene bucal, así como realizar una limpieza y revisión dental cada cierto tiempo, dependiendo también de tus características particulares. Si sigues estos consejos, seguro que la placa bacteriana se lo piensa mejor antes de atacar a tu boca.

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