La disfagia es una enfermedad bastante más común de lo que se piensa, que tiene una influencia directa en el día a día de quienes la padecen, ya que se encuentra directamente relacionada con la alimentación. Por tanto, si no se trata adecuadamente puede suponer complicaciones reales en la vida de los pacientes que la sufren. Con motivo del Día Mundial de la Disfagia, que ha tenido lugar recientemente, queremos hacer hincapié en la importancia de una buena salud dental como tratamiento para la disfagia, para que entiendas mejor cómo pueden relacionarse entre ellas.
¿Qué es la disfagia?
Podemos definir este concepto como la dificultad o imposibilidad que presenta una persona para tragar alimentos o líquidos, o lo que es igual, para realizar el proceso de deglución de los mismos.
Puede deberse a muchas causas, entre ellas:
- Enfermedades neurológicas
- Consecuencias de una cirugía faringolaríngea
- Tratamientos de radioterapia
- Envejecimiento
Y no solo eso, sino que puede provocar problemas en la nutrición e hidratación de una persona, así como poner en dificultades su capacidad respiratoria. Ante todo esto, debemos saber que unos buenos hábitos de limpieza bucal pueden contribuir a que lo síntomas de la disfagia no sean tan graves y mejorar considerablemente la calidad de vida de las personas que la padecen.
Tratamiento para la disfagia: la higiene bucal, tu mejor aliada
Si buscamos un único tratamiento para la disfagia, probablemente caeremos en un error, ya que dependiendo de las causas y el historial clínico del paciente, se podrán barajar unas u otras opciones. Sin embargo, los distintos tipos que existen de esta patología se caracterizan por tener un denominador común, y es la efectividad de una rutina completa de higiene dental para favorecer la vida diaria de los pacientes.
Esto se debe, principalmente, a que en la salud dental intervienen muchos elementos, como la saliva, la placa bacteriana o la flora oral, todas ellas muy importantes. Si se descuidan, pueden ocasionar enfermedades dentales que compliquen aún más el día a día de las personas que padecen disfagia. Por ejemplo, la saliva resulta fundamental para limpiar y proteger nuestra boca, y tiene influencia directa en el proceso deglutorio. La placa bacteriana, por su parte, se produce como resultado de bacterias y restos alimenticios que se alojan en nuestra boca, por lo que si no existe una limpieza habitual de la cavidad oral, puede resultar perjudicial para esta patología.
¿Sabías que manteniendo una buena higiene bucal podemos evitar consecuencias de la disfagia tan graves como la neumonía aspirativa? Pues así es, la limpieza bucal cumple con su función de reducir las posibilidades de ingerir bacterias y gérmenes durante la deglución, por lo que disminuye el riesgo de padecer una neumonía por aspiración u otro tipo de problema respiratorio.
Ojo, cuando hablamos de mantener una correcta higiene bucal como tratamiento para la disfagia no solo nos referimos al cepillado de dientes, sino a la limpieza de la cavidad oral en profundidad, lo que incluye lengua, encías y demás tejidos orales.
No olvides contar con la ayuda de profesionales
Además del odontólogo, la figura de un logopeda que enseñe técnicas de masticación, mejores posturas para comer o alimentos más recomendados también resulta importante. Trabajar en conjunto con otros profesionales puede ser de gran ayuda para los pacientes, ya que reciben unas pautas adaptadas según sus necesidades particulares.
Ahora ya lo sabes, la higiene bucal es muy importante como tratamiento para la disfagia, ya que puede facilitar la vida de quienes la sufren. No obstante, en Beydent te aconsejamos pasar por la clínica para que podamos evaluar tu caso de forma particular y personalizada. ¡Te esperamos!
Leave a Reply