El mundo de la odontología es mucho más profundo de lo que puede parecer a simple vista. ¿Alguna vez habías pensado que estrés y dientes son compatibles? Pues lo cierto es que sí, el estrés bucal es una afección bastante más común de lo que se podría esperar. Pero… ¿qué tipo de relación pueden tener? y ¿cómo afecta? En este post te contamos todos los detalles.
Consecuencias de la relación entre el estrés y los dientes
Cuando tenemos estrés, nuestro estado emocional y mental se ve perjudicado, pero también el plano físico, ya que acumulamos mucha tensión. Por tanto, existe una relación directa entre el estrés y los dientes, siendo esta negativa para nuestra salud bucal. Algunas de las consecuencias que puede ocasionar un nivel de estrés elevado en nuestra dentadura son:
- Sequedad bucal. Como resultado del estrés, la producción de saliva se ve reducida, lo que provoca una falta de hidratación en la boca.
- Caries. La falta de saliva puede ocasionar xerostomía, y esta, irritar y perjudicar los tejidos blandos de la boca. Así aparece la placa bacteriana y de esta manera podemos padecer caries o infecciones similares, incluso problemas de mal aliento.
- Aftas (úlceras) y herpes. Este tipo de problemas aparecen especialmente cuando nuestras defensas se encuentran bajas. Como es evidente, al estar bajo mucha presión o estrés, nuestro organismo lo nota y reacciona bajando nuestras defensas, por lo que el atravesar periodos de estrés puede propiciar su aparición con más probabilidad.
- Problemas en las encías, que pueden ocasionar inflamación, sangrado o gingivitis. Esto en gran parte puede deberse a que cuando estamos sometidos a estrés, en ocasiones podemos descuidar nuestra higiene bucal por falta de ganas o tiempo y, como resultado, la salud oral.
- Periodontitis. Es una enfermedad de las encías más compleja que las anteriores, ya que se trata de una complicación de una gingivitis que no se ha tratado correctamente, y se pierde el tejido que hace de soporte a los dientes. Si ya la padecemos, puede hacer que se agrave todavía más.
- Bruxismo. Este trastorno se caracteriza por apretar los dientes y ejercer demasiada fuerza y presión con ellos de manera involuntaria, lo que deriva en desgaste de la dentina, fisuras o sensibilidad dental. Es un hábito que se puede padecer en cualquier momento, aunque se relaciona con el estrés principalmente por la noche, que es cuando lo liberamos de forma inconsciente y es entonces cuando empezamos a rechinar los dientes con mayor intensidad sin darnos cuenta.
- Además del dolor de los dientes provocado por el bruxismo, también puede verse afectada la zona temporomandibular si nos encontramos en situaciones límite, es decir, que podemos presentar molestias en los músculos de la masticación y la mandíbula, e incluso de la cara en general.
Ahora que falta poco para la llegada de septiembre, y con ello la vuelta a la rutina, cuida especialmente tu higiene bucal y presta atención a tus niveles de estrés para intentar controlarlo. Como ves, el ámbito físico y el mental están muy relacionados. ¿Te ha sorprendido la relación entre estrés y dientes? En Beydent podemos darte algunas claves para que tu salud oral mejore y tu boca no sufra tanto las consecuencias del estrés en tu vida. ¡Te esperamos en septiembre, nos vemos pronto!
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