Quitar las muelas del juicio se ha convertido en una de las prácticas que se realizan con mayor frecuencia en las clínicas dentales. Lo primero que debes saber es que, a diferencia de lo que se pueda pensar, no es estrictamente necesario extraerlas. No obstante, hay casos en los que es conveniente hacerlo, porque pueden ocasionarnos más problemas que beneficios, como veremos a continuación.
Es muy importante que sigas las instrucciones de tu dentista, ya que los profesionales son los que mejor sabrán si se requiere o no.
Casos en los que se recomienda quitar las muelas del juicio
¿Los molares no tienen espacio para crecer con normalidad? ¿Detectas problemas en la mordida? ¿Sientes dolores intensos en la zona? En estos casos, sin duda lo recomendable es quitar las muelas del juicio. A continuación te contamos las situaciones en las que es conveniente plantearte su extracción:
- Periocoronaritis. Se denomina así a la infección bucal que provoca inflamación en la zona de la corona de la muela del juicio u otro molar. Es una de las complicaciones más comunes.
- Daños a otros dientes. Si el crecimiento de la muela del juicio implica un daño a piezas dentales contiguas, puede ser un buen momento para eliminarlas. Puede ocurrir que no tenga espacio suficiente para su desarrollo y genere problemas en otros dientes como caries o la reabsorción de su raíz.
- Si no ha crecido lo necesario, además de producir daños a otros dientes, también ocasiona dolor e hinchazón en toda la zona. Esto se debe a que queda retenida y no puede completar su crecimiento, llegando incluso a permanecer ocultas bajo la encía. A veces esta retención trae consigo una infección que perjudica a la raíz de la pieza.
- Apiñamiento y maloclusión dental. Cuando la muela del juicio está naciendo, puede empujar otros dientes en este proceso, para buscar el espacio suficiente, lo que deriva en un apiñamiento de los incisivos. Además, si como consecuencia de este apiñamiento nuestra mordida no encaja correctamente, con mayor motivo deberás tratar esta situación.
- Si se detecta algún quiste como consecuencia de la muela del juicio.
- Cuando se ha realizado previamente un tratamiento de ortodoncia y su aparición puede generar problemas.
La extracción no siempre es aconsejable
Si comparamos con otras piezas dentales, es cierto que estas son más propensas a ocasionar dolor y molestia y, en ocasiones, se ha recurrido a quitar las muelas del juicio como medida preventiva. Sin embargo llevar a cabo esta práctica no siempre es la solución.
Lo mejor es extraerlas si hay un motivo sólido, pero si no hay razón para hacerlo, deben permanecer en su sitio.
Para saber si hay que quitarlas o no, bastará con llevar un seguimiento adecuado. Si su crecimiento entra dentro de lo normal y no se detectan alteraciones en la mordida como consecuencia de ellas, no hay que extraerlas. Además, de su crecimiento total también dependerá que podamos realizar una correcta higiene bucal, ya que si no crecen en su totalidad, puede que dificulte la tarea del cepillado y terminen por traernos problemas dentales.
En conclusión, quitar las muelas del juicio puede ser muy efectivo si hay motivos y presentas síntomas para ello, pero debes eliminar de tu cabeza la idea de que es obligatorio hacerlo. En todo caso, en Beydent podrás contar con un equipo de profesionales que llevarán el seguimiento de tu estado bucodental y analizarán si su extracción es necesaria o no.
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