La radiología en odontología, más allá de la rima, ha supuesto una contribución de valor incalculable para el sector. Gracias a su aplicación se han podido emitir diagnósticos mucho más precisos, y poner solución a problemas dentales que hace décadas habrían sido una auténtica comedura de cabeza para los odontólogos.
Todo esto ha motivado que los tratamientos realizados sean mucho más efectivos y, por tanto, los pacientes estén mucho más satisfechos con su salud dental. Dicho así suena todo muy bien pero, ¿quieres saber realmente por qué ha marcado un antes y un después en el mundo bucodental? ¡Pues sigue leyendo!
Un poco de historia…
La aparición y posterior aplicación de la radiología en odontología ha sido fruto de una serie de sucesos que han tenido lugar hace muchísimos años. Nos tenemos que remontar al 1895, cuando Wilhelm Röntgen descubrió los rayos X, lo que supuso un avance incalculable no solo para la salud dental, sino para la salud en general. Su importancia reside en que, basándose en radiaciones electromagnéticas, es posible observar con detalle estructuras que son opacas al ojo humano.
Tras registrar una primera radiografía gracias a la colaboración de la mujer de este físico alemán, la evolución de los rayos X siguió su curso, y fue en 1896 cuando el Dr. Otto Walkhoff realizó la primera radiografía dental. Más adelante, el Dr. Edmund Kells fue el culpable de la primera radiografía intraoral.
El principal inconveniente de estos primeros pasos, era que la exposición de las personas a la radiología se producía en tiempos muy elevados, lo que ocasionaba problemas de salud graves, como cáncer. Por ello se empezaron a tomar medidas de seguridad para preservar la salud de los pacientes y que su aplicación no fuera tan invasiva para las personas.
A lo largo de todos estos años, la radiología y su aplicación en odontología ha ido evolucionando y desarrollándose de forma cada vez más segura y fiable, perfeccionando la técnica y mejorando la visibilidad de los rayos X.
Radiología en odontología, ¿es útil?
Ahora que sabes un poco más sobre cómo se instauró la radiología en odontología, es momento de que conozcas su utilidad para el sector.
Su uso es de gran ayuda especialmente para:
- Detectar enfermedades bucales que pueden pasar inadvertidas por falta de síntomas o visibilidad en la boca del paciente.
- Estudiar y mejorar el diagnóstico de patologías dentales como caries, periodontitis, pérdida de piezas dentales, tumores bucales, etc.
Y una de las consecuencias inevitables de todo esto es que los pacientes mejoren su salud dental y los dentistas y demás profesionales del sector puedan hacer su trabajo con garantías, tanto a nivel preventivo como una vez que se aplica el tratamiento correspondiente.
Otro de los puntos que merece la pena aclarar es que se trata de un medio seguro para las personas. Es decir, en la actualidad, los pacientes a los que se realiza una radiografía no corren peligro serio ya que, el nivel de radiación es tan mínimo, que no resulta invasivo para su salud. No obstante, siempre hay que tener en cuenta que, cualquier radiación, por mínima que sea (como ocurre con las radiografías dentales), produce daño biológico en el tejido vivo. Se recomienda por ello limitar su uso a casos estrictamente necesarios para contribuir a la prevención o detección de una enfermedad o dolencia. Además, los profesionales revisan los niveles de exposición y se aplica la cantidad de radiación necesaria para cada individuo, tanto niños como adultos. Por tanto, podemos concluir con que resultan bastante seguras y los beneficios que pueden aportar son mayores a los riesgos.
Aclaraciones sobre la radiología aplicada en odontología
- Las radiografías dentales no tienen por qué afectar a la leche materna de las mujeres que se encuentren amamantando, ni a la lactancia, ya que no alteran los niveles de prolactina.
- En el caso de mujeres embarazadas, si bien no es determinante ni contraproducente, es preferible no realizar pruebas de este tipo, así lo recomiendan los expertos, especialmente en las primeras semanas de gestación o primeros meses del embarazo. No obstante, para que el feto corriese peligro serían necesarias altas dosis de radiación, lo cual no ocurre si tienes que realizarte pruebas como mamografías, radiografías dentales y similares.
- Actualmente no se expone a los pacientes a niveles de radiación lo suficientemente peligrosos como para poner en riesgo su estado de salud. De hecho, es posible que realizando otras acciones cotidianas te encuentres más expuesto a niveles superiores que al realizarte una radiografía dental. Por ejemplo, volando en avión.
- Se pueden aplicar en cualquier parte del cuerpo.
Como ves, el campo de aplicación de la radiología en odontología y otros sectores relacionados con la salud es muy extenso y variado, pero sobre todo útil y necesario en muchos casos. En Beydent contamos con profesionales y equipos de primer nivel, que garantizarán tu bienestar y contribuirán al cuidado de tus dientes y encías. ¡Visítanos y descubre lo que podemos hacer por ti!
Leave a Reply