La alveolitis seca, también conocida como osteítis alveolar, es una patología que puede aparecer tras una extracción dental, en la parte del postoperatorio. Su formación se produce cuando, una vez se ha llevado a cabo la exodoncia (extracción), en lugar de desarrollarse un coágulo de sangre ocupando el hueco dejado por el diente, este simplemente no se genera o sufre un desplazamiento o disolución antes de que la herida de la cavidad haya cicatrizado. Por tanto, al no contar con dicho coágulo, el alveolo queda expuesto y vacío, ya que no tiene esa protección o base necesaria para que se genere nuevo tejido blando o crezca hueso.
Evidentemente, si tenemos un hueco o herida abierta en la encía, tanto el hueso como los nervios quedan expuestos, lo que aumenta las probabilidades de que dicha cavidad se llene de restos de alimentos o sea un foco de acumulación de bacterias y otros microorganismos que pueden poner en riesgo nuestra salud dental.
Como consecuencia de todo ello, la cavidad de inflama, y se produce un dolor intenso en la zona (normalmente entre 1 y 3 días después de la extracción). Por tanto, la alveolitis seca se convierte en uno de los principales riesgos que pueden ocurrir cuando nos sacan un diente o una muela. No obstante, no temas, porque a pesar de ser frecuente, tiene solución y existen formas de prevenirla.
Por lo general, podemos hablar de dos tipos:
- Alveolitis seca
- Alveolitis húmeda
En este post nos centraremos en la primera de ellas, que suele ser la más dolorosa para el paciente.
Síntomas de la alveolitis seca
Esta enfermedad dental produce un dolor intenso, pero también se caracteriza por presentar unos síntomas reconocibles, por lo que es relativamente sencillo detectarla a tiempo para poner el tratamiento adecuado. Los principales síntomas de la alveolitis seca son:
- Sentir un dolor fuerte en la zona pasados unos días desde la extracción dental, que puede extenderse por el lado del rostro de la exodoncia, llegando a los ojos, oídos o el cuello.
- Olor y sabor desagradable en la boca.
- Fiebre en algunos casos.
- Ausencia total o parcial de coágulo de sangre, algo perceptible a la vista puesto que el agujero se encuentra vacío y seco.
- Exposición del hueso en la cavidad, quedando a la vista.
Debes tener en cuenta que, cuando te quitan un diente o una muela es habitual sufrir cierta molestia en la zona. Sin embargo, en ningún caso tendría que ser un dolor intenso o incontrolable, y debería mitigar con el tiempo y la ingesta de algún medicamento recomendado por el especialista. Si sientes que los síntomas empeoran, lo mejor es que acudas al dentista de nuevo.
El tratamiento más efectivo
Para poner remedio a la alveolitis seca, es necesario que acudas de nuevo a la clínica dental. Una vez allí, la solución más frecuente es limpiar e higienizar bien toda la zona, con el objetivo de eliminar cualquier resto o bacteria que se haya podido quedar acumulado en la cavidad. Esto también se puede hacer de forma preventiva antes de que aparezca la alveolitis seca, colocando una gasa con antibiótico o analgésico tras la extracción y la limpieza previa del alveolo.
Si el especialista así lo considera, es común llevar a cabo esta parte final del proceso con la ayuda de medicamentos como analgésicos, antibióticos o antiinflamatorios para reducir al máximo los riesgos de complicaciones y que la salud dental del paciente no se vea comprometida.
Este tipo de tratamientos suelen tener una duración que oscila entre los 10 y 15 días, hasta que se produce el proceso de cicatrización adecuadamente.
Consejos y formas de prevenir la alveolitis seca
Es difícil anticiparse a la aparición de la alveolitis seca, ya que hasta que no se produce la extracción y pasan unos días, no se pueden sacar conclusiones a ciencia cierta. No obstante, podemos encontrar factores de riesgo que pueden contribuir a su aparición, como el tabaco, la toma de anticonceptivos orales, una falta de higiene bucal, infecciones relacionadas con la pieza extraída o haber sufrido con anterioridad alveolitis seca.
Además, te dejamos algunas medidas de prevención y consejos que pueden resultar útiles:
- Consulta con el profesional tu historial clínico, ya que puedes estar tomando medicamentos que dificulten la coagulación de la sangre.
- Ponte en manos de un dentista experimentado en casos de extracción dental.
- Procura no exponerte a factores de riesgo como los mencionados anteriormente para no elevar las posibilidades de sufrir alveolitis seca.
- Sigue las pautas establecidas por el profesional, tanto en higiene bucal como en la ingesta de antibióticos o soluciones antisépticas.
- Por tu parte, es preferible que no consumas alimentos duros que requieran de una masticación intensa, ni que te expongas a contrastes de temperatura en las cosas que comas. Procura beber mucho líquido, preferiblemente agua y reduce tu nivel de actividad física tras la cirugía para evitar un desplazamiento del coágulo de sangre.
Es importante que tomes todo esto en cuenta ya que, si bien la alveolitis seca es dolorosa, no es frecuente que derive en complicaciones de gravedad, más que un retraso en la cicatrización o alguna infección leve en la zona. Pero sí puede contribuir a desarrollar una osteomielitis, un tipo de infección ósea algo más compleja que habría que tratar de inmediato. En Beydent somos expertos en una amplia variedad de tratamientos dentales, así como en proporcionar a nuestros pacientes un trato familiar con seguimiento personalizado. ¡Consúltanos!
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